El Club de Unillanos, ejemplo para otras universidades y colegios

Las directivas de la Universidad de los Llanos (UNILLANOS), por fin dieron un paso trascendental y un ejemplo nacional, de crear e impulsar la constitución de un organismo deportivo, que les permita hacer presencia más institucional dentro de la región.

Nadie discute que debemos profesionalizar nuestros jóvenes, para que asuman responsabilidades, ya sean de orden administrativo o técnico. Tienen retos a vencer, porque realmente en rol que deben desempeñarse como instructores en diferentes disciplinas los hemos visto muy imitados. Solamente los veo como entrenadores de futbol y patinaje: ¿Y los demás deportes qué?

Ya hay algunos egresados que han empezado a burocratizarse les encanta los cargos en los institutos o entes deportivos, lo cual es un mal presagio para el deporte. No sigamos el ejemplo de uno que otro diputado que, en vez de darle la oportunidad a un profesional de la educación física, envía como su recomendado a un pintor (No sabemos si de brocha gorda o de cuadros), para que maneje el área de la recreación deportiva, cuando debería enviarlo al Instituto de Cultura.

Ya es hora que el Gobierno Nacional (Ministerio del Deporte), que ahora anda recogiendo ideas para la construcción de la nueva Ley del Deporte, se meta en los zapatos del deporte colegial y universitario y establezca una política pública verdadera y no obstaculice más el desarrollo deportivo estudiantil.

A la carga

Lo que ha hecho Unillanos debería imitado por la otras universidades y los colegios de crear su propio club, para poder acceder con mayor facilidad a los cargos de las ligas y a los presupuestos de los institutos. Ellos tienen lo más importante:  el material humano; ya lo han demostrado con sus resultados deportivos en los Juegos Intercolegiados Nacionales y Los Juegos Universitarios ASCUN.

El deporte del Meta necesita urgentemente una reingeniería en todos los niveles, que se oxigene con gente pensante y disciplinada, Si tanta pantalla, que sea capaz de darle un vuelco total, sin desconocer lo poco y bueno que se ha hecho por nuestro deporte. ¡He dicho!